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El otro día, mientras iba en la guagua absorta en mis
pensamientos me dio por observar lo que había a mi alrededor. Cuando una sale
de su propio mundo, y se para a contemplar lo que acontece en nuestro entorno se
humaniza. Al lado mío estaba un adolescente, de unos quince o dieciséis años,
él también iba ensimismado con su móvil de última generación escribiendo algo.
Posiblemente para un amigo o una novia o
¿quién sabe? Justo al lado de este chico estaba una mujer de mediana edad. Ella
también se encontraba escribiéndole a
alguien a través de su dispositivo móvil, sus dedos se movían a una velocidad
digna de admirar. Mientras, un sonido en forma de pitido le avisaba que otro whatsapp le había llegado.
A mi cabeza llegó un pensamiento, y es que a pesar de la
diferencia generacional entre el adolescente y la mujer, ambos manejaban a la perfección un mismo sistema de
mensajería instantánea. Esto ya no es cosa de jóvenes, adolescentes, o unos freakies
fanáticos de las últimas tecnologías. No, se trata de algo que lo utilizan millones
de personas, y que cada vez se suman más adeptos. Se calcula que Line (versión japonesa de Whatsapp) cuenta con unos ochenta
millones de usuarios, por lo que este servicio crece a un ritmo vertiginoso.
Cuando solo llevaba un año desde su creación, ya contaba con la cifra de
cuarenta y nueve millones de usuarios, y transcurridos seis meses han alcanzado
los ochenta millones.
Line es el
competidor directo de Whatsapp. Cuenta
con un mayor número de prestaciones, además de enviar texto, vídeos, fotos y
compartir localización, Line también permite añadir emoticonos Emoji -stickers-
que son unos grandes dibujos de estética manga, y emoticonos basados en
caracteres. También ofrece la posibilidad de realizar llamadas gratuitas, y ser
una red social híbrida entre Twitter
y Facebook. La empresa de Line obtiene sus principales beneficios vendiendo
una serie de “extras” que son los emoticonos, algo a lo que Whatsapp todavía no se ha apuntado.
Pero no todo son ventajas, el pasado diez de febrero , un fallo
en la seguridad de Whatsapp hizo que
se publicaran el número de personas que tenían en su móvil este sistema de
mensajería. Se trata de unos diez millones en España . Este no es el único agujero
de Whatsapp, según declara Yago Jesús
para RTVE: "El sistema no cifra lo que se está hablando con otra persona,
por lo que todos los datos están expuestos y cualquiera podría tener acceso a
ellos.” Además. El sistema también guarda la localización desde la que se está
escribiendo, algo que entraña gran peligrosidad.
Esto de Whatsapp, Line , o cualquier otro tipo de mensajería
está claro supone una gran revolución comunicacional. Pero debemos ser
conscientes de sus pros y sus contras, ya que ningún sistema es perfecto en su
totalidad. Y quizás, estemos perdiendo el contacto cara a cara con tanto mensaje impersonal.
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