lunes, 14 de enero de 2013

El turismo rural, una alternativa en auge

 
Canarias es mucho más que sol y playa, cada vez son más las alternativas existentes a este tipo de turismo más convencional, que tradicionalmente ha definido a nuestro archipiélago. Una de ellas es el denominado turismo rural, donde se ofrece un contacto directo con la naturaleza, un espacio libre de ruidos y contaminación, y un lugar donde desconectar del ritmo frenético de la vida urbana. Según una Definición del Instituto de Estudios Turísticos, el turismo rural es: "Todo tipo de aprovechamiento turístico en espacio rural  
siempre que cumpla con las siguientes limitaciones: que se trate de un turismo difuso (es decir, oferta dispersa y no concentrada), que

sea respetuoso con el patrimonio natural y cultural, que implique

la participación activa de la población local y que mantenga las

tradiciones del medio, huyendo del gigantismo y del monocultivo

turístico". En nuestro archipiélago, cada vez son más los que optan por este tipo de turismo, menos sobreexplotado y con una oferta más dispersa. El crecimiento de la oferta rural se inicia en los años ochenta del siglo pasado.
Es un hecho que este tipo de turismo tiene una serie de peculiaridades que lo distinguen. Para Cristina Santana, diplomada en Turismo por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y con varios años de experiencia en el sector, se trata de una modalidad singular caracterizada por la dispersión de la oferta. Además, se le suman valores medioambientales y antropológicos, lo que lo aleja del turismo de sol y playa tradicionalmente sobreexplotado, y en muchas ocasiones, poco respetuoso con la conservación del medioambiente. Santana destaca la importancia del turismo rural en la conservación de los valores sociales y culturales que forman parte de la vida diaria de los habitantes de la población rural, como la gastronomía, fiestas populares y demás que constituyen un punto de interés para el visitante, ya sea nacional o foráneo.
La dispersión de la oferta puede constituir un problema cuando no se informa de la manera adecuada al turista sobre lo que puede encontrar en la región. Para Santana otra dificultad añadida, en muchos de los casos, es la escasa oferta existente en cuanto al ocio que actúa como complemento de la estancia. Santana afirma que existen pocos medios promocionales que ayuden a fomentar la oferta complementaria. El papel de las Administraciones Públicas para fomentar la oferta es, a juicio de Cristina Santana, insuficiente. Cada Comunidad Autónoma posee su propia legislación, por lo que no existe una legislación homogénea en lo que materia de turismo rural se refiere.

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